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15 de enero de 2021

Analizamos las claves del proyecto residencial en Ramón Carande

Carande es un complejo residencial promovido por Inmobiliaria del Sur, en el entorno de su sede corporativa, para celebrar el 75 aniversario de su constitución. Se trata de una promoción especial de 47 viviendas y más de 11.500 m² en uno de los enclaves más cotizados de la ciudad de Sevilla. Unas condiciones únicas, que han motivado al grupo inmobiliario a realizar una inversión superior a los 25 millones de euros y que se ha desarrollado bajo el nombre de «Residencial 75 Aniversario». En esta entrada analizamos en profundidad las claves del proyecto realizado en 2019 y que se encuentra disponible en nuestra sección de Residencial.

El complejo de Ramón Carande se sitúa en una parcela de 1.836,54 m2 al suroeste del centro de Sevilla. Una zona residencial hoy consolidada, donde originalmente se encontraba la antigua Pirotecnia Militar de Sevilla, un conjunto industrial que desde mediados del siglo XIX funcionó como fundición de metalúrgica, laboratorio balístico y fábrica de munición. 

El proyecto busca rendir tributo al pasado industrial de la zona utilizando materiales de reflejos metálicos y formas seriadas, que sugieren la idea de un proceso de producción mecanizado.

Desde un punto de vista volumétrico el edificio parte de un esquema sencillo en forma de “U” que presenta dos tipos de fachada contrapuestos. La fachada exterior proyecta una imagen eminentemente horizontal y brillante, con una sucesión de largos huecos continuos, cuyos petos se recubren chapa de aluminio extrusionado ligeramente reflectante.

Se trata de una fachada ventilada con piezas a medida cuyo perfil grecado ha sido expresamente diseñado para este proyecto,  buscando que la apariencia de la superficie vaya cambiando a lo largo del día según la tonalidad de la luz ambiente. La fachada interior, por el contrario, presenta una imagen vertical y mate en la que se alternan diferentes volúmenes salientes con piezas cerámicas de gran formato. Estas piezas tienen un acabado estriado en bandas verticales, que buscan generar una sensación de ritmo y continuidad, con diferentes gamas de colores cálidos. 

Por otra parte, el proyecto busca maximizar las zonas comunes del edificio, y para ello se ha dejado la planta baja diáfana, protegiéndola de la calle con una envolvente semitransparente de lamas verticales con un doble acabado de madera y aluminio anodizado. Este espacio porticado permite vincular visualmente los dos accesos opuestos del edificio, creando una enfilada entre la Avenida Ramón Carande y el parque posterior.

La zona de pórtico acaba abriéndose al patio interior de la manzana, hacia donde se prolonga la solería interior, que acaba plegándose, para construir un podio, en el que se horada la piscina. Esta sucesión de espacios concatenados permite que las zonas comunes sean percibidas como un conjunto, que permiten que el visitante avance de forma intuitiva hacia el patio, que constituye el corazón del proyecto.

Han colaborado en la realización de la obra los estudios de Calconsa XXI (Estructuras), Grupo Liñagar (Revestimiento de fachadas), TEP Ingenieros Andalucía (Instalaciones), Emvia Teleco S.L.P. (Telecomunicaciones), e Iriarte Paisajismo.