Centro de la Igualdad

El Centro de Igualdad, en Alcalá de Guadaíra, es un nuevo equipamiento socio-cultural en la Barriada La Paz, y que ha dotado de un espacio de encuentro y convivencia para los vecinos.

 

El edificio se inserta en un entorno residencial que se caracteriza por edificios con geometrías rectangulares y una densidad alta respecto a los escasos espacios libres urbanos. Por ello, el Centro de Igualdad se presenta como un prisma ortogonal, en consonancia con la volumetría del vecindario, pero con mucha menor altura, y emplazándose en el extremo norte de la parcela, permitiendo dotar de amplios espacios libres al barrio.

 

La parte central de la parcela es ocupada por zonas libres ajardinadas, quedando la zona de aparcamiento en la zona oeste.

 

El edificio ha conseguido unir dos zonas del barrio antes separadas por una valla, gracias a su posición longitudinal y la creación de unos espacios verdes que invitan al paseo y a la convivencia entre los vecinos. Los materiales y la volumetría son sencillos, recordando la tradición del barrio y tratando de mostrarse como un espacio común y cotidiano.

 

Además, para conseguir una escala más humana y cercana a las personas, las dos plantas del edificio se conciben como volúmenes diferentes, siendo la planta alta un prisma blanco que recuerda la tradición de la cal andaluza, y la planta baja de un material cerámico y oscuro, que genera amabilidad y mayor privacidad.

 

El programa organiza en planta baja los espacios administrativos y de atención individual a la mujer, además del gimnasio, que puede abrirse al exterior. En planta primera se emplazan las aulas formativas, ludoteca y sala de baile/teatro, dotándolas de la máxima versatilidad y flexibilidad de uso.

 

El diseño de las zonas libres se enfoca en jerarquizar dos recorridos principales, el primero discurre paralelo al edificio y conecta las dos zonas urbanas antes mencionadas. El segundo recorrido es transversal a la parcela, discurriendo a través de la zona de aparcamiento, jardines, hasta llegar al vestíbulo de entrada que, como continuación del espacio exterior, conecta visualmente con la parte posterior del edificio.

 

El acceso principal al edificio se realiza a través de dicho vestíbulo en doble altura, en un punto central en planta, que permite organizar a izquierda y derecha, así como verticalmente, el programa de necesidades. En este vestíbulo se experimenta con diferentes entradas de luz, cenitales, en celosía, directas… que combinado con el parterre y la vegetación interior generan una sensación de calidez y acogida a las personas que accedan al edificio.

 

Los materiales y soluciones constructivas elegidos en la propuesta, tanto interiores como de fachada, tratan de proporcionar la funcionalidad requerida en un edificio terciario y de uso público, así como la facilidad de mantenimiento y durabilidad. Para ello, se han elegido dos materiales principales: paneles de gres porcelánico de gran formato para la planta baja, y revestimiento bicapa blanco en la planta primera.

 

Estructuralmente, el edificio se resuelve con una trama de pilares de hormigón armado y forjado unidireccional de viguetas in situ. Esta solución permite optimizar los medios de ejecución gracias a su uso extendido y sencillez funcional, garantizando la viabilidad económica de un proyecto a ejecutar con presupuestos públicos.

 

Respecto a las instalaciones, estas se han focalizado en conseguir un edificio de consumo casi nulo, que gestione de manera eficiente el consumo de energía, instalando equipos de recuperación de calor, placas fotovoltaicas. Todo ello combinado con el propio diseño del proyecto, que, a través de arquitectura pasiva, dispone de elementos de sombreamiento y baja transmitancia térmica a la envolvente, disminuyendo también la demanda de energía.

 

El diseño de espacios libres se realiza bajo la premisa de ejecutar unos sistemas enfocados en reducir la acumulación de radiación solar, emplear materiales drenantes del agua de lluvia y, ante todo, ofrecer un entorno ambientalmente amable y sostenible.

 

En definitiva, el Centro de Igualdad trata de ser coherente tanto en su propuesta teórica como en su aplicación práctica, abogando por una arquitectura que suponga una mejora en la vida de los vecinos, tanto social como medioambientalmente, conseguido a través de un diseño y el empleo de unos sistemas supeditados siempre a la idea de conseguir una arquitectura al servicio de las personas.