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4 de octubre de 2021

Entrevista para Via Construcción

La revista Via Construcción recoge en su número de Octubre una entrevista a Fernando Pumar López. En ella el fundador de DPYA Arquitectura cuenta la evolución del estudio en estos más veinte años de trayectoria, los actuales retos del sector y los proyectos por venir. Un recorrido por los valores que han sentado las bases de una sólida carrera profesional.

  • ¿Qué le llevó a ser arquitecto?

Fue casual, un viraje brusco del destino.

Nací en una familia eminentemente emprendedora. Me gustaban los números y creo que era bueno. Acabando el bachillerato, quise estudiar ICAI ó ICADE en Madrid, pero no pudo ser. Por aquel entonces 1978, la economía familiar no daba para más (era el cuarto de nueve hermanos) y las circunstancias lo desaconsejaron.

Como agua de mayo, un buen día un hermano, me dijo “¿Y tú por qué no estudias aquí ARQUITECTURA?”. Seguramente fue determinante el vínculo especial que siempre había tenido con mi abuelo, una grandísima persona, emprendedora, empresario de éxito y fundador de una empresa inmobiliaria que operaba en Sevilla. Y todo cambió, víctima o afortunado por el azar. Ahora soy arquitecto de formación y vocación, y emprendedor de nacimiento. 

  • ¿Cómo surgió el despacho en 1987?

Como en cualquier negocio, abrir un estudio conlleva ser una persona emprendedora y asumir riesgos, disponer de los medios económicos necesarios y, por último, visualizar y creer en el negocio. Lo primero lo llevaba innato, lo segundo tampoco fue problema ya que tenía un negocio (de restauración) que me generaba esos recursos, y lo tercero, porque este hecho coincidió con la etapa final y más dulce de la carrera, el PFC. También por aquel entonces conocí a mi mujer, Licenciada en Bellas Artes y una apasionada del mundo de la decoración, lo cual me ayudó bastante. 

  • ¿Y cómo fueron esos primeros años?

Durante esos primeros años hice trabajos y encargos de todo tipo, a clientes privados y públicos (Ayuntamientos, J. Andalucía, Licitaciones y concursos con el Ejército), en pueblos y ciudades de Sevilla, Huelva, Cádiz y Málaga. Fueron años difíciles, de crisis, que te curten y hacen más fuerte.

En 1994, con apenas 33 años, tuve el privilegio de recibir el encargo de la ordenación y transformación urbanística de la UA-SB- 7.  Una oportunidad única, sobre un impresionante vacío urbano que permanecía  intacto, frente a la recién construida Estación Central de Santa Justa de Sevilla. Una gran apuesta y una gran responsabilidad.  Se trataba de poner en carga, la construcción conjunta de un Complejo Residencial y un Centro Comercial. Fue la semilla de otros encargos de importancia que llegaron después.

A partir de ese proyecto, siendo un pequeño estudio, se inicia una nueva etapa. Empezamos a  realizar proyectos de gran calado, en enclaves estratégicos o muy significativos. En 2001, toma forma el estudio y fundo con la participación de dos arquitectos que trabajaban conmigo la sociedad actual, DPYA arquitectura.

  • ¿Cómo se ha transformado la firma en estos últimos 21 años de su trayectoria?

Seguimos haciendo grandes proyectos, pero nos fuimos aburguesando y perdiendo la esencia de equipo, fueron entrando nuevos socios pero no había hambre,.. de crecimiento y superación, y el estudio se quedó sin rumbo.

 Después vino la crisis, apretarse los machos y subsistencia pura y dura. Salimos adelante… pero no supimos o no quisimos aprovechar nuestro bagaje en el nuevo renacer del sector inmobiliario, y otra vez permanecimos inactivos, en un momento clave para posicionarse en un orden nuevo que sabíamos se iba a producir, donde primase la creatividad, el talento, la innovación, la  profesionalización, en beneficio de una nueva sociedad más reflexiva y exigente. 

Finalmente hace apenas 3 años, dimos un golpe de timón sacando todo lo mejor que llevamos dentro. Hoy divisamos un horizonte despejado y lleno de oportunidades en un mundo nuevo y transformado. Hemos pulido y formado un equipo fantástico, incorporando talento y aprovechando al máximo las capacidades individuales al servicio de todos.

«Para nosotros, DPYA arquitectura es algo más que un estudio que presta servicios con un nivel de exigencia y excelencia muy altos. Es una forma de convivir y trabajar en y para la arquitectura, de crecer individualmente y con los demás, de ofrecer los mejores servicios innovando y mejorándonos cada día.»

  • ¿Qué valores arquitectónicos son comunes en vuestros trabajos?

DPYA arquitectura propone proyectos únicos y diferenciables con un marcado sello de identidad, adaptándose a cualquier lugar, contexto y situación. Nos gusta proyectar edificios que aporten en cada momento, creatividad, flexibilidad, innovación y valor añadido, siempre bajo el prisma de que sean conjuntos compositivos equilibrados y armoniosos, que inspiren y despierten el interés de sus usuarios.

Buscamos que nuestros edificios tengan alma, que hablen por sí mismos y transmitan, que detrás de un alarde o intención disruptiva exista un mecanismo de equilibrio que lo compense. En definitiva, que se intuya que detrás existe una firma con una esencia y una enseña, una dirección de orquesta que integra y unifica todas las piezas y detalles que conforman la obra arquitectónica.

En este complejo proceso se necesitan personas duales y perfeccionistas, con un conocimiento y compresión profunda de la arquitectura y sus intangibles, que dominen el conjunto y el detalle, integradas en equipos de trabajo,  compactos,  flexibles y de gran talento humano.

  • ¿Cuál es la clave para lograr edificios atemporales e inspiradores? 

La clave de la atemporalidad e inspiración tiene que ver con la armonía y el orden, principios básicos que inspiran y rigen la naturaleza; con el equilibrio perfecto -aunque inestable- entre el todo y la parte.

Para alcanzar este objetivo el binomio concepción- ejecución debe ser un proceso sincronizado y perfecto, que no pierda su esencia en el largo camino de su puesta en obra y proceso de ejecución.

La “atemporalidad de los edificios” se suelen vincular con los buenos edificios, que conservan su calidad y belleza con el paso del tiempo. En esencia estamos de acuerdo y siempre trabajamos así,  es nuestro leitmotiv que nos hace superarnos todos los días.

  • ¿Qué emociones os gustaría que los usuarios experimenten al ocupar vuestras obras?

Paz, calma y serenidad interior. Gratitud hacia la obra ejecutada, que te recuerden por haber puesto a su servicio todo lo mejor de ti. Curiosidad e interés real por conocerla y profundizar en ella, y por último, que sean fuentes de inspiración y desarrollo personal.

  • En la última década, habéis construido más de 2.000 viviendas y tenéis varias promociones destacadas  en marcha ¿Cómo ha cambiado el diseño de los hogares para adaptarse a las nuevas demandas de la sociedad?

Generando espacios más diáfanos e integrados, donde la globalización del mobiliario y el diseño de los dispositivos multimedia determinan en muchos casos el dimensionamiento de las estancias. Tras el COVID 19 se ha hecho preciso incorporar a las viviendas terrazas bien dimensionadas o jardín, espacios multifuncionales que facilitan el teletrabajo y estancias con una eficiente iluminación y ventilación. Por último, se han innovado con nuevos materiales, acabados e instalaciones más sostenibles demandadas por criterios de confort y bienestar.

  • También tenéis mucha actividad en el ámbito de las oficinas y edificios para el trabajo. ¿Qué innovaciones os demandan los clientes hoy en día para que las oficinas sean más colaborativas, productivas o saludables?

Se valoran espacios versátiles con distribuciones diáfanas, que permitan al futuro usuario personalizarlos, donde primen la sostenibilidad y el bienestar. Se tiende a desarrollar edificios inteligentes que controlen la ocupación para adaptar el consumo y la eficiencia energética, y garanticen los estándares de confort demandados por la sociedad actual, con certificaciones como Breeam, Well, Leed, etc.

  • ¿En qué proyectos estáis inmersos actualmente?

En fase de elaboración de proyecto destacan tres, un Complejo Residencial de 330 viviendas que estamos desarrollando en Dos Hermanas (Sevilla) con unos requerimientos muy exigentes en cuanto a dotación de terrazas. También estamos desarrollando la Propuesta Técnica del Edificio Ágora, ganadora, de la Licitación convocada por el Ayuntamiento de Málaga para la adjudicación de la parcela terciaria en Tabacalera, un reto con mayúsculas que puede suponer un antes y un después en la concepción de un nuevo modelo de vivir y gestionar estos espacios de trabajo tras la pandemia y, por último, el Complejo Residencial de 104 viviendas de segunda residencia en los Altos de los Monteros de Marbella, destacable por su especial dificultad orográfica.

  • ¿Hacia qué modelo de ciudad consideráis que deberá transformarse Sevilla en los próximos años?

Sería necesario desarrollar un planteamiento integral desde las instituciones que permitan  adaptar las nuevas tendencias de la sociedad y se vean reflejadas en una ciudad moderna. No se pueden construir ciudades del futuro con normas del pasado. Hay que modelar una normativa más flexible, que facilite el modelo de vivienda post Covid, con terrazas amplias y jardines. Una ciudad tan consolidada como Sevilla con poca oferta de suelo finalista tiende a desarrollarse en su área metropolitana. Para trabajar dentro de los parámetros de sostenibilidad este desarrollo debe conjugar la eficiencia de los recursos con las nuevas propuestas residenciales.

Por otro lado, se debería fomentar la rehabilitación y  la colmatación de los vacíos urbanos que se han quedado residualmente en el centro de la ciudad, agilizando las tramitaciones urbanísticas e incentivando su desarrollo.